

P. Pierre Salabert, L.C
Rector
Queridos amigos,
Esta cuaresma de 2025 está enmarcada en el Jubileo de la Esperanza. El sentido mas profundo de la cuaresma justamente es el encaminarnos hacia la Pascua. Es decir, la cuaresma es un itinerario de esperanza hacia la victoria de Cristo Resucitado.
El itinerario cuaresmal en la medida que nos conduce hacia la luz pascual de Cristo. Es un camino que nos transforma y nos va liberando el corazón, preparando el alma, mediante las obras de la penitencia (ayuno, oración y limosna) y abrirnos a la plenitud de nuestra vocación cristina, la de ser hijos de Dios, en el Hijo que es Jesús, mediante la acción de su Espíritu.
Es a lo que nos invita el Papa en su mensaje para la cuaresma de 2025: “Antes que nada, caminar. El lema del Jubileo, ‘Peregrinos de esperanza’”. Para nuestro camino de conversión el Papa nos invita a ser, ‘Peregrinos de la vida’ aprender de la vida y acompañar el paso de la vida de nuestros hermanos, sobre todo de los que más sufren. Así el Papa resalta que este viaje lo hacemos juntos, en comunidad.
Dice el Papa Francisco, “La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos. Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios”.
El camino de cuaresma nos lleva a vivir en la esperanza que nace de la gran certeza cristiana y que el Papa Francisco expresa así en su mensaje: “Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado, y vive y reina glorioso. La muerte ha sido transformada en victoria y en esto radica la fe y la esperanza de los cristianos, en la resurrección de Cristo.”
Con este mensaje de esperanza, les deseo a todos un santo camino cuaresmal en preparación a una Pascua de resurrección verdaderamente plena y feliz. Y que Maria, Madre de Cristo, Nuestra esperanza, interceda por cada uno de nuestros amigos, familiares, bienhechores, alumnos y exalumnos.
¡Que Dios les bendiga y acompañe siempre!
P. Pierre Salabert, L.C.
Rector